[RADIO 3.14 - FRECUENCIA π] [RAMMSTEIN]
[RADIO 3.14 - FRECUENCIA π] [RAMMSTEIN]
Primavera. Lisboa. Era 2013. El 18 de abril. Quedaban pocos días para la fecha de los Claveles. Adri aún no tenía la mayoría de edad. Pero no pasaba nada. Iba con su papi. Y además, no era la primera vez que había viajado conmigo al otro lado de la raia.
El Pavilhão Atlântico se construyó para la Expo del 98, como Pabellón de la Utopía, y así le conocimos, y nos embelesó con esa línea horizontal de aires de enorme nave galáctica. Maravilloso platillo volante.
Sí es verdad que luego ha tenido varios nombres, por el tema comercial. Pero poco nos interesa. Para nosotros es y seguirá siendo el Pabellón Atlántico.
Adri iba en plan Rito de Paso. Para celebrar esa mayoría de edad, y este concierto era mi regalo. Así que en esa nave interplanetaria nos encajamos. Para disfrutar con los enormes trailers llegados de Alemania. Eran los trastos de Rammstein. Los que escondían el fuego de artificio y los altoparlanti que luego nos atronaron. Y por ellos estábamos al borde del mar lisboeta. Nuestro mar.
Era una mezcla de concierto fingido, de esos que a veces imaginamos, y de concierto real, porque en él trasteamos.
Una hora con Rammstein en directo.
El Pavilhão Atlântico se construyó para la Expo del 98, como Pabellón de la Utopía, y así le conocimos, y nos embelesó con esa línea horizontal de aires de enorme nave galáctica. Maravilloso platillo volante.
Sí es verdad que luego ha tenido varios nombres, por el tema comercial. Pero poco nos interesa. Para nosotros es y seguirá siendo el Pabellón Atlántico.
Adri iba en plan Rito de Paso. Para celebrar esa mayoría de edad, y este concierto era mi regalo. Así que en esa nave interplanetaria nos encajamos. Para disfrutar con los enormes trailers llegados de Alemania. Eran los trastos de Rammstein. Los que escondían el fuego de artificio y los altoparlanti que luego nos atronaron. Y por ellos estábamos al borde del mar lisboeta. Nuestro mar.
Era una mezcla de concierto fingido, de esos que a veces imaginamos, y de concierto real, porque en él trasteamos.
Una hora con Rammstein en directo.
