[RADIO 3.14 - LA RADIO π] [GENTE DI MARE]
">
Hace pocos meses tuvimos la suerte en Extremadura, de poder asistir a un concierto en el Teatro Romano de Mérida, de uno de los nombres fundamentales de la música popular europea.
Me estoy refiriendo a Umberto Tozzi.
Desde los años 70 del pasado siglo, la pura ignorancia ha hecho que imaginemos a la deslumbrante fauna sonora italiana como epítome de los bailes que llamaban “agarraos”. De reducirlos a meros ejemplos de cantantes melódicos, baladistas y bizarros.
Y no me estoy refiriendo a Angelo Branduardi, o Zuchero o, por supuesto, a Franco Battiato, que ellos necesitan su propio programa cada uno. Ellos traspasan la geografía de los Apeninos.
Hablo y nombro, y me pongo en pie, en señal de respeto y admiración, de nombres como el propio Tozzi, Sandro Giacobe, Toto Cotugno, Lucio Dalla, Renato Zero, Gianni Vella, Claudio Baglioni o el enorme, enormísimo Lucio Battisti.
Me estoy refiriendo a Umberto Tozzi.
Desde los años 70 del pasado siglo, la pura ignorancia ha hecho que imaginemos a la deslumbrante fauna sonora italiana como epítome de los bailes que llamaban “agarraos”. De reducirlos a meros ejemplos de cantantes melódicos, baladistas y bizarros.
Y no me estoy refiriendo a Angelo Branduardi, o Zuchero o, por supuesto, a Franco Battiato, que ellos necesitan su propio programa cada uno. Ellos traspasan la geografía de los Apeninos.
Hablo y nombro, y me pongo en pie, en señal de respeto y admiración, de nombres como el propio Tozzi, Sandro Giacobe, Toto Cotugno, Lucio Dalla, Renato Zero, Gianni Vella, Claudio Baglioni o el enorme, enormísimo Lucio Battisti.
